Proyecto de restauración y conservación de bosques ayuda a preservar agua en Oxapampa

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Por Bruno Ortiz Bisso – El Comercio

Desde el 2013 se ha recuperado y conservado más de 2.500 hectáreas de bosques cruciales para la generación y calidad del agua  a través del Proyecto Oxapampa, cuyo objetivo es conservar, incentivar la revegetación y restaurar los bosques de la Reserva de Biosfera Oxapampa Asháninka.Yanesha (Bioay).

Hace una década inició este proyecto, que desarrolla el Instituto del Bien Común en alianza con Coca Cola y la Fundación Avina. A la fecha ha sembrado más de 86.380 árboles, entre nativos (ulcumano, diablo fuerte, nogal) y exóticos (ciprés, pino, roble).

Bajo el nombre formal de “Gestión participativa para la conservación, reforestación y manejo de áreas de interés hídrico en la reserva Bioay”, se han recuperado más de 2.500 hectáreas de bosques ribereños, se ha capacitado a más de 2.000 pobladores y, anualmente, más de tres millones de m3 de agua se han reabastecido a la naturaleza. Se calcula que el proyecto ha impactado positivamente en la vida de 42 mil personas.

“Los ejes principales de esta propuesta inicial eran, primero, buscar el reconocimiento a la delimitación de las zonas de interés hídrico y las zonas de interés hidroecológico, tanto en las subcuencas del río Chorobamba y la subcuenca del río Pichis. Luego, promover los acuerdos recíprocos por el agua (ARA) y los acuerdos de conservación para asegurar estas zonas. Finalmente, iniciar una campaña de comunicación y de sensibilización para lograr que las autoridades y la población en general puedan involucrarse en esta iniciativa”, comenta a El Comercio Edgardo Castro, del coordinador del proyecto.

Un trabajo arduo

Uno de los principales retos de este proyecto fue la parte de educación hacia la población. ¿De qué manera convocarlos al programa para que cuiden las cuencas de los ríos y los bosques, si no tenían claro de dónde proviene el agua que consumen?

“Por entrevistas y encuestas, descubrimos que la población pensaba que el agua para su consumo provenía de la parte alta de los nevados, que están a cientos de kilómetros, cuando en realidad viene de unos pocos kilómetros. Pero no solo eso: tampoco asociaban la importancia de la preservación de los bosques ribereños con la alimentación de los peces. Entonces, al principio sí fue un trabajo fuerte para que las comunidades entendieran la importancia del proyecto”, recuerda Castro.

Con el tiempo, la población fue viendo los resultados y esto sirvió ara que ellos mismos promuevan la protección del entorno natural.

Las comunidades son parte clave de proyecto Oxapampa en las labores de protección de los bosques. Se han convertido en Guardianes del Bosque

 

Áreas sensibles

La ceja de selva y los bosques montanos, áreas asociadas con las fuentes de agua, son de los ecosistemas más amenazados del país, según refiere Renzo Piana, director ejecutivo del Instituto del Bien Común (IBC).

“Cuando estos bosques se deforestan para la ganadería o la agricultura de roza y quema, pierden su capacidad de retención del agua. Por eso uno de los trabajos más fuertes en la gran cuenca del río Pachitea es proteger las partes altas para garantizar la producción de agua, que beneficia a los pobladores de la zona”, recalca el vocero.

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