Frente a los efectos del cambio climático y las crecientes amenazas en territorios indígenas y áreas protegidas de la Amazonía, los pueblos indígenas de la región enfrentan una lucha constante por defender sus derechos colectivos y la seguridad de sus territorios. Un ejemplo de ello es la comunidad Puerto Azul, del pueblo Kakataibo, ubicada en Ucayali, Perú, donde en los últimos años se ha intensificado la deforestación causada por cultivos ilícitos, junto con las amenazas a la vida e integridad de sus habitantes. Hace algunos meses fue asesinado Mariano Escama, líder indígena Kakataibo. El Estado aún no ha esclarecido el motivo del crimen y solo ha ofrecido incrementar la seguridad para algunos representantes indígenas.
“En los últimos meses, las amenazas se han triplicado. El Estado ha otorgado medidas de protección, pero no ha propuesto una solución sostenible a largo plazo, que debería consistir en fortalecer lo que ya hemos estado haciendo para enfrentar las actividades ilegales: brindar mayor apoyo a los comités de vigilancia e impulsar más proyectos productivos”, señaló Elías Noica, vicepresidente de la Federación de Comunidades Kakataibo (Fenacoka) y de la comunidad Puerto Azul, durante una visita de campo con representantes del Gobierno de Noruega y del Instituto del Bien Común (IBC).
Puerto Azul, junto con otras nueve comunidades, forma parte del extenso territorio del pueblo indígena Kakataibo, que abarca 435,000 hectáreas de bosques protegidos y almacena casi 65 millones de toneladas de carbono. En la zona se encuentra también la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, destinada a la protección de los pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial (PIACI).
Ampliación para mayor protección
Garantizar la seguridad jurídica del territorio a través de la delimitación y titulación del área solicitada para la ampliación de Puerto Azul resulta importante como medida para asegurar la subsistencia de la comunidad y hacer frente a invasiones. “Actualmente hemos solicitado la titulación de ampliación de más de 10 mil hectáreas colindantes a la Reserva Indígena Kakataibo, con el apoyo de nuestra Federación”, señaló Noica.
El líder indígena destacó también la importancia de contar con apoyo para la implementación de los planes de vida, instrumentos de gestión comunal que establecen áreas prioritarias de acción para lograr el bienestar integral. El plan de Puerto Azul contempla actividades económicas sostenibles, recuperación de conocimientos tradicionales y puesta en valor de prácticas indígenas de salud. También prevé la conservación, regeneración y reforestación con especies maderables de alto valor comercial en un área de 150 hectáreas que alberga valiosas muestras de biodiversidad.
Más aliados en acción
La seguridad de la tenencia en áreas tradicionales es crucial si se busca proteger el carbono forestal de los bosques amazónicos y continuar así aportando a la mitigación del cambio climático. Este es un asunto que plantea retos legales y financieros, según señaló Øyvind Dahl, líder de la sección de Bosques de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo (NORAD), durante su visita a la comunidad Puerto Azul : “El desafío al cual nos enfrentamos es no solo asegurar la titularidad legal de los territorios indígenas, sino de dotar con recursos financieros promoviendo economías locales que ayuden a mantener los bosques que las poblaciones cuidan”.
La evidencia proveniente de mapas satelitales muestra que las áreas que albergan territorios indígenas con prácticas tradicionales de manejo están, en su mayoría, mejor protegidas que aquellas donde estas actividades no se llevan a cabo. Por esta razón, recopilar más evidencia resulta fundamental para que los gobiernos puedan tomar decisiones más informadas.
Al respecto, Dahl expresó: “Como Gobierno de Noruega, buscamos desarrollar herramientas innovadoras espaciales para un mejor monitoreo del bosque desde un contexto local, y así comparar qué cosas funcionan y qué no, y de esta manera canalizar un mejor financiamiento. Así, los gobiernos amazónicos podrían alcanzar sus ambiciones para la reducción de la deforestación y protección del carbono forestal”.
La visita de NORAD se enmarca en el proyecto “Ciencia y Saber Indígena por la Amazonía”, el cual recibe apoyo financiero de la cooperación de Noruega para su implementación. Desde el 2021, la RAISG ejecuta este proyecto en colaboración con COICA y Woodwell Climate Research Center en cuatro países amazónicos. El Instituto del Bien Común (IBC) lidera su implementación en Perú.
Con el objetivo de seguir fortaleciendo alianzas estratégicas con la cooperación internacional, el IBC participó en el encuentro anual de socios de NICFI y NORAD en Perú, Lima. Este evento buscó consolidar los vínculos para la protección de los bosques y la biodiversidad, así como contribuir al desarrollo sostenible del país.
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