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Tras una década implementando estrategias de vigilancia comunal y manejo sostenible dentro del Área de Conservación Regional Ampiyacu Apayacu (ACR AA), comunidades nativas colindantes con esta área de conservación y manejo sostenible han contribuido a repoblar la fauna silvestre, permitiendo así su aprovechamiento en un futuro.
Gracias a las acciones de vigilancia y manejo implementadas, las poblaciones de fauna silvestre se mantienen a niveles ecológicamente saludables e incluso se han duplicado en el caso de especies como sajino (Pecary tajacu), venado colorado (Mazama americana) y mono choro (Lagothrix lagotricha), según revelan estudios poblacionales llevados a cabo en la zona de uso directo del ACR AA con participación de vigilantes comunales, cazadores, personal técnico del IBC y la Jefatura del ACR Ampiyacu Apayacu.
El ACR Ampiyacu Apayacu es un área de gran importancia para la conservación, por encontrarse en una de las zonas más ricas en biodiversidad del planeta, según señalan los estudios realizados por el Field Museum de Chicago. Científicos de esta organización estimaron en 2003 al menos 119 especies de mamíferos en esta cuenca. Si embargo, en años posteriores las poblaciones de especies de interés comercial cayeron dramáticamente, casi hasta el punto de desaparecer, por efecto de la caza furtiva.
Para hacer frente a las incursiones de cazadores, y con respaldo de la administración del área protegida -la cual aprueba el plan de manejo y da seguimiento a su cumplimiento-, las comunidades nativas se organizaron e incorporaron sus saberes ancestrales a sus prácticas cotidianas para el manejo de la fauna silvestre y el uso sostenible de los bosques. Esto supone un gran esfuerzo para la conservación y la mejora de la calidad de vida de las familias en las comunidades nativas, ya que se espera que los beneficios derivados del manejo sostenible impacten positiva y directamente en la seguridad alimentaria y la economía local de la población.
Así, en la cuenca del Ampiyacu se han conformado dos asociaciones de cazadores que comercializan carne de monte, empacada al vacío y con registro sanitario, impulsando planes de manejo de fauna silvestre para generar ingresos económicos de manera sostenible. La venta se realiza en los mercados regionales, ya sea fresca, ahumada o salada. Las especies de mayor demanda son majas, huangana, sajino y venado.,
La caza de animales está regulada mediante un conjunto de reglas de uso que cubren aspectos como los implementos de caza, las zonas de caza identificadas, las especies prohibidas y permitidas, así como las cuotas permitidas según la especie y el procesamiento de la carne de monte.
“Hay un gran compromiso por parte de las comunidades para la conservación y el manejo adecuado de la fauna silvestre. Al interior del ACR Ampiyacu Apayacu, son 137 cazadores de 14 comunidades los que cuentan con permiso para cazar sajino, huangana, venado colorado, venado gris, majas y añuje. Cada cazador puede cazar un máximo de 70 kilos de carne al mes, en la cuenca del Yaguasyacu”, explica Ana Rosa Sáenz, coordinadora del Programa Putumayo Amazonas del IBC. Esta institución trabaja desde hace dos décadas en esta cuenca, junto con las comunidades, por el ordenamiento y la gobernanza del territorio y el adecuado manejo de los recursos naturales.
Sáenz señala que entre el 2016 y el 2020, no se logró alcanzar la cuota anual establecida debido a factores como la falta de un mercado seguro para la venta de la carne de monte a precios justos. Explica que los precios de la carne de monte no necesariamente compensan el gasto logístico que genera a los cazadores internarse entre 10 y 15 días en el área protegida, y luego trasladar sus productos hasta los puntos de venta.
Productos de calidad y con registro sanitario
Desde el año 2015, el Instituto del Bien Común apoya las estrategias sostenibles de los cazadores del entorno del ACR Ampiyacu Apayacu y en los últimos tres años trabaja junto a las dos asociaciones de cazadores en la implementación del Plan de Manejo de Fauna para asegurar un producto que cuenta con registro sanitario y altos estándares de calidad que permiten garantizar la inocuidad.
Para este fin, con el apoyo de CITE Productivo Maynas, se realizan capacitaciones a los cazadores sobre buenas prácticas de manufactura de carne de monte orientadas a mejorar la presentación de los productos en términos de corte, fileteado, modalidad de preservación, y ofrecer las garantías sanitarias óptimas al consumidor.
De esta forma, se contribuye a generar el interés entre empresarios turísticos, restaurantes e instituciones gastronómicas por la carne de monte. Este es el punto de partida para encaminar el comercio formal de la fauna silvestre en la ciudad de Iquitos.
“Mejorar la competitividad con productos de buena calidad permite a las familias de los cazadores, en las comunidades nativas, generar mayores ganancias a través del acceso a mercados especializados que están dispuestos a pagar un valor adicional por estos productos”, explica Sáenz.
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