Para asegurar el adecuado manejo de los recursos pesqueros en Ucayali es primordial la colaboración y articulación entre instituciones del Estado, organizaciones y comunidades involucradas en la actividad pesquera.
31 de marzo de 2019.- A pesar de la importancia estratégica del recurso pesquero para la alimentación y la economía de la población de la Amazonía peruana, se viene aplicando un modelo de gestión inadecuado, que no toma en cuenta las características del contexto amazónico por haber sido diseñado para el entorno marino-costero. Por ende la sobrepesca, el acceso abierto, la ausencia de respuesta institucional del sector producción en el ámbito local y la necesidad de trabajar medidas de gestión desde una visión territorial de largo plazo son problemas que caracterizan a la gestión pesquera en Amazonía.
Ante esta situación, el Instituto del Bien Común – IBC está promoviendo un modelo alternativo de gestión pesquera, específico para Amazonía, que se viene aplicando con éxito en Huánuco, Loreto y Pasco, con importantes beneficios para las poblaciones locales. Este es el tema central del libro Gobernanza colaborativa en la pesca, publicación reciente de IBC.
La presentación del libro se realizó el 29 de mayo en el Auditorio de la Cámara de Comercio de Ucayali en la ciudad de Pucallpa. Contó con la participación de Richar Ferré (DIREPRO Ucayali), Carlos Riofrío (UNMSM), Víctor Sobrevilla (Monitor), Luis Collado (INIA), Edgardo Castro (IBC) y Vanessa Rodríguez (IBC).
Richar Ferré, Director Regional de la Producción de Ucayali, señaló que la legislación actual de pesquería, además de favorecer el contexto marino, que es muy distinto al amazónico, no toma en cuenta a la población local: “Nuestra legislación actual no considera incluir a las personas. Así como los pescadores formales tienen derechos para acceder al recurso, las comunidades nativas también deben tener prioridad para el autoconsumo. En nuestra legislación tienen que incluirse mecanismos en los que haya participación efectiva de las comunidades”.
De otro lado, Ferré destacó el valor de las experiencias de gobernanza colaborativa que recoge el libro, las cuales podrían facilitar la presencia del Estado a nivel local. En concreto, mencionó el caso de los Comités Locales de Vigilancia Pesquera, que podrían convertirse en aliados del Estado.
Por su parte, Carlos Riofrío, Docente de la UNMSM subrayó, dentro del modelo propuesto por IBC, las ventajas que presenta el que diversos actores involucrados en la pesca puedan establecer acuerdos de gestión pesquera, como comunidades, caseríos y pescadores comerciales. Hizo un llamado a la comunidad universitaria: “hay que motivar a las universidades, tanto a economistas, biólogos, tecnólogos para que puedan compenetrarse con lo que es la actividad pesquera y cada uno pueda aportar soluciones al manejo de la pesquería”.
Vanessa Rodríguez, investigadora del IBC y coautora del libro, señaló que el marco legal para gestión pesquera en Amazonía no contempla instrumentos de gestión de conflictos pesqueros locales. Añadió que en el nivel local, donde el Estado no tiene llegada por falta de recursos, existen iniciativas comunitarias de manejo “que están estableciendo control del recurso mediante reglas de acceso y control comunal”. Destacó la coexistencia de dos sistemas de gestión pesquera en Amazonía: la gestión pública y la gestión consuetudinaria (que es aplicada por las comunidades). Concluyó que en el modelo propuesto de gestión pesquera, ambos sistemas podrían complementarse.
Según Luis Collado, coautor del libro y especialista del Instituto Nacional de Innovación Agraria, este libro “es el inicio para proponer políticas pesqueras más participativas recogiendo el contexto amazónico y su gran diversidad, propiciando que todos sean usuarios racionales de los recursos”.
El modelo propuesto por el IBC ya está dando frutos, resaltó Edgardo Castro, coautor del libro, pues en los lugares donde se han incorporado estrategias de gestión local se está recuperando la población de peces: “creo que lo que propone esta publicación es que justamente basados en arreglos a nivel local y estrategias participativas en las que participen la municipalidad y comunidades priorizadas pueden tomar decisiones de cómo gestionar las pesquerías en pequeñas cuencas y localidades”.
Victor Sobrevilla, monitor pesquero de la comunidad nativa San Pedro – Pasco, refirió cómo, frente a la escasez de diversas especies de peces, las comunidades tomaron medidas para favorecer su recuperación: “Junto con el Instituto del Bien Común formamos COLOVIPES para monitoreo. Entonces empezamos a vigilar inteligentemente, diciendo hasta dónde y cómo debían pescar. En mi comunidad hicimos acuerdos comunales, ya no debían usar la dinamita porque mataban peces en abundancia, también utilizaban barbasco. Eso ayudó bastante a que recuperemos nuestros peces del río”, concluyó.
Finalmente, Rodríguez mencionó que el modelo de Gobernanza Colaborativa en la pesca desarrolla un aspecto ausente en la gestión pesquera que implica incluir a los actores inmersos en ella en la toma de decisiones, propiciando espacios de participación ciudadana mediante, por ejemplo, las Comisiones Ambientales Municipales. También resaltó que dicho modelo desarrolla la articulación entre distintos niveles de gestión, ya sea local o regional, y tiene un gran potencial no solo para la gestión de pesca, sino también de conflictos, bosque y fauna, entre otros.
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