Un documento de política elaborado por el Instituto del Bien Común – IBC destaca el importante papel que juegan los territorios indígenas para la preservación del carbono forestal en la Amazonía peruana, evitando la emisión de gases de efecto invernadero y aportando así a la mitigación del cambio climático. Al respecto, presenta recomendaciones para garantizar la participación de las comunidades indígenas en la gestión forestal, cerrar la brecha de titulación, fortalecer capacidades técnicas y crear mecanismos de financiamiento sostenible.
Bondades del manejo forestal comunitario
El documento destaca los aportes del manejo forestal comunitario – iniciativa sostenible respaldada por un marco normativo – y de los comités de vigilancia y control forestal comunitario, que cuentan con demostrada eficacia y legitimidad. Identifica como obstáculos la falta de claridad en el proceso, insuficiencia de recursos financieros y procedimientos innecesariamente complicados. También menciona que los regentes forestales, encargados de controlar el proceso, con frecuencia lo obstaculizan.
El documento recomienda brindar asistencia técnica y fortalecer las capacidades organizativas y de gestión de las comunidades para lograr una gestión forestal eficiente, evitando sanciones y afectaciones a los bosques. También subraya el valor de la articulación intersectorial para el monitoreo, control y vigilancia de bosques. Como un importante desafío, menciona el aspecto financiero, el cual refuerza la dependencia de las comunidades respecto del capital de terceros.
Las recomendaciones involucran. Asimismo, la adopción de políticas públicas orientadas a la seguridad jurídica de los territorios indígenas y a la protección de los bosques, y la aprobación de normativas que aseguren la protección de defensores de los derechos humanos, incluyendo la ratificación del Acuerdo de Escazú.
Alarmante pérdida de bosques
En la Amazonía peruana, la pérdida de bosques ocurrida en el periodo 2000 – 2021 (27 746 km2) generó una pérdida de 21,5 millones de toneladas métricas de carbono forestal (MtC) entre 2003 y 2020. En este contexto, las áreas naturales protegidas y los territorios indígenas conservaron mejor sus bosques y carbono forestal que las áreas desprovistas de protección, contribuyendo así a la mitigación de emisiones de gases asociados con el cambio climático.
Ante las fuertes presiones que sufren los territorios indígenas, los pueblos indígenas enfrentan desafíos para continuar gestionando sus bosques de manera sostenible. Asimismo, continúa la lucha de las comunidades nativas por la seguridad de tenencia de sus tierras y la protección de defensores territoriales.
Una iniciativa regional
El documento de política se inserta en la iniciativa “Ciencia y Saber Indígena por la Amazonía”, que estudia el estado de almacenamiento de carbono forestal en la región amazónica, con énfasis en territorios indígenas y áreas naturales protegidas. Revela una alarmante pérdida de bosques, atribuible a la expansión agrícola, la minería ilegal y cultivos ilícitos, con impacto sobre la pérdida de carbono forestal y la consecuente emisión de gases asociados con cambio climático. El IBC lidera la iniciativa, en el marco de un consorcio que involucra a la RAISG, COICA y Woodwell Climate Research Center.
Una combinación de tecnología satelital y observaciones en campo en cuatro países amazónicos permite evidenciar las causas de pérdida de bosques y carbono forestal, estableciendo un claro vínculo con la inseguridad jurídica. Las zonas de estudio son: Paisaje Kakataibo (Perú), Resguardo Indígena Mirití-Paraná (Colombia), Territorio Indígena Xingú (Brasil) y Territorio Waorani (Ecuador).
En el paisaje Kakataibo (Ucayali y Huánuco) son frecuentes los asesinatos de defensores ambientales. Esta violencia refleja las crecientes presiones que sufre la zona por la expansión del narcotráfico, con impactos sobre el medioambiente, la seguridad y la forma de vida de la población indígena local.
Según el Sr. Marcelo Odicio, presidente encargado de la federación FENACOKA, el pueblo Kakataibo tienen la firme voluntad de perseverar en la defensa del territorio y del bosque. Menciona el éxito del comité de vigilancia de la comunidad Yamino, que realiza patrullajes mensuales para monitorear el territorio e identificar posibles invasores y taladores ilegales, en articulación con el SERNANP y en coordinación con la guardia indígena. La comunidad posee un alto nivel de empoderamiento y está entrenada en el uso de cartografía, GPS y drones para el monitoreo y defensa del territorio comunal.
Aún dejan mucho que desear el compromiso y la acción de las entidades estatales, señala Odicio, puesto que los reportes entregados regularmente por las comunidades a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental no encuentran una respuesta en forma de acciones protas y decidas. Asimismo, subraya la urgencia de asignar presupuesto para la aplicación efectiva de la normativa ambiental vigente.
CONVOCATORIA PARA CONSULTOR(A) LEGAL Proyecto “Science/Indigenous Knowledge Unite to Reduce Forest...