Científicos muestran que los territorios indígenas y áreas protegidas en la Amazonía son menos susceptibles a la pérdida de carbono por degradación forestal que otras áreas sin protección

Un nuevo estudio sobre el carbono del bosque amazónico revela que los territorios indígenas y las áreas protegidas son más eficientes que otras áreas terrestres de la región en evitar las emisiones de carbono netas. La evidencia demuestra que el crecimiento forestal existente en las mismas compensa la degradación detectada en esas tierras.

Los científicos hacen un llamado para aumentar el apoyo y la protección de estas unidades de territorio que constituyen un factor significativo contra el cambio climático en la Amazonía. Los resultados sugieren que no se respetan los derechos indígenas y que hay leyes que ponen en peligro los bosques a medida que crece la demanda mundial por la riqueza mineral, el combustible y la materia prima.

Un nuevo trabajo de investigación que utiliza tecnología innovadora para medir las emisiones de carbono causadas por la degradación y la perturbación de los bosques, en lugar de medir únicamente las emisiones procedentes de la deforestación, sugiere que los territorios indígenas (TI) y las áreas naturales protegidas (ANP) en la Amazonía biogeográfica están emitiendo cantidades de carbono anteriormente no detectadas. Sin embargo, sus emisiones netas siguen siendo muy bajas, lo que no ocurre con las tierras bajo otras formas de manejo territorial en la región conformada por nueve naciones.

En un artículo publicado ayer (27 enero 2020) en la revista científica Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), un grupo de investigadores analizó el impacto de la deforestación de los bosques, así como su degradación y perturbación, en cuatro tipos de tierras en la Amazonía (Territorios indígenas – TI, Áreas Naturales Protegidas – ANP, la superposición entre TI y ANP y tierras no protegidas). De allí encontraron que el crecimiento forestal en los territorios indígenas se tradujo en la menor pérdida neta de carbono entre las cuatro categorías de las tierras evaluadas. Así mismo encontraron que 90 por ciento de las emisiones netas provienen de las tierras no protegidas (ni TI ni ANP).

Juntos, los territorios indígenas y las áreas protegidas cubren el 52 por ciento de la Amazonía biogeográfica y almacenan el 58 por ciento del carbono. El nuevo estudio de PNAS sugiere que estas tierras están cada vez más expuestas a actividades ilegales, además de experimentar las consecuencias de crecientes debilidades en el estado de derecho de muchos países amazónicos, lo que pone en peligro su papel en la protección de paisajes vulnerables. Los hallazgos llevaron a los autores a pedir el fortalecimiento de los derechos de los pueblos indígenas, cuyas tierras cubren el 30 por ciento de la Amazonía y poseen el 34 por ciento de su carbono.

“Nuestro trabajo muestra que los bosques bajo la administración de los pueblos indígenas y las comunidades locales continúan teniendo mejores resultados en la mitigación de emisiones de carbono que las tierras que carecen de protección, lo que significa que su papel es crucial y debe fortalecerse para que los países de la cuenca amazónica logren mantener este recurso globalmente importante, al mismo tiempo que cumplen sus compromisos bajo el Acuerdo Climático de París “, dijo Wayne Walker, científico del Centro de Investigación Woods Hole (WHRC) en Falmouth, Massachusetts y autor principal del artículo.

En el estudio participaron científicos, expertos en políticas y líderes indígenas reunidos en un consorcio conformado por el Centro de Investigación Woods Hole (WHRC), la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y el Fondo de Defensa Ambiental (EDF).

Casi el 90 por ciento de los territorios indígenas amazónicos tienen alguna forma de reconocimiento legal, pero los autores del estudio señalan que las concesiones gubernamentales para la extracción de petróleo y minería se superponen a casi una cuarta parte de todas las tierras territoriales reconocidas, lo que aumenta sustancialmente su vulnerabilidad a los impactos adversos.

“Nuestra investigación revela lo que los pueblos indígenas de la Amazonía están informando a sus líderes”, dijo Tuntiak Katan, coautor y vicecoordinador de la COICA. “Los gobiernos están debilitando las protecciones ambientales, violando los derechos indígenas existentes y alentando la impunidad de los infractores. La situación está poniendo en riesgo la existencia de nuestros pueblos y nuestros territorios, que contienen los bosques más densos en carbono del mundo”.

Los autores analizaron las pérdidas y ganancias en carbono durante el período 2003-2016, para lo que emplearon una actualización de los datos publicados originalmente por Baccini et al. en Science (2017). Además, desglosaron las pérdidas entre aquellas atribuibles a la conversión del bosque (como la deforestación) y las debidas a la degradación antropogénica y la perturbación natural.

El nuevo estudio sugiere que, durante el período 2003–2016, la región amazónica fue una fuente neta de carbono a la atmósfera, con la liberación de alrededor de 1.290 millones de toneladas de carbono (MtC), cuando se consideran tanto las pérdidas como las ganancias. Las tendencias de pérdida de carbono de 2003 a 2016 muestran aumentos entre 2012 y 2016 para todos los países y categorías de tierras, especialmente fuera de TI y ANP.

De las cuatro categorías de tierras amazónicas, los territorios indígenas (TI) tuvieron la menor pérdida neta de carbono (-0,1%). La pérdida neta fue de -0,6% en ANP y -3,6% en las otras tierras. Los autores sugieren que el crecimiento continuo de los bosques en los territorios indígenas ha permitido que estas tierras compensen las emisiones de la degradación y la perturbación. Aun así, el 47% de la pérdida total de carbono para la región en su conjunto se atribuyó a la degradación y la perturbación, “un hallazgo preocupante – dijo Carmen Josse, coautora del estudio y directora científica de la Fundación EcoCiencia, en Ecuador – dada la importancia que los bosques tropicales tienen para proporcionar servicios ecosistémicos de importancia mundial, más allá de su función de capturar y almacenar carbono “.

 “Nuestro estudio muestra que los territorios indígenas protegidos han reducido la deforestación y la degradación de los bosques en la selva amazónica en las últimas dos décadas, y continúan siendo un amortiguador efectivo contra el reciente aumento de la deforestación”, dijo Steve Schwartzman, Director Senior de Política Forestal Tropical en el Fondo de Defensa Ambiental, y uno de los autores del estudio. “Para salvar la Amazonía, los territorios indígenas deben permanecer protegidos”.

Las tierras fuera de TI y ANP (es decir, “Otras tierras”) representaron aproximadamente el 70 por ciento de las pérdidas totales de carbono y casi el 90 por ciento del cambio neto, en menos de la mitad de la superficie del área total. En contraste, los TI y las ANP, en más de la mitad del área de tierra, representaron solamente el 10 por ciento del cambio neto, con el 86 por ciento de las pérdidas de carbono en esas tierras compensadas por las ganancias a través del crecimiento forestal. Por lo tanto, hubo una diferencia de nueve veces en la pérdida neta de carbono fuera de TI y ANP (1.160 MtC) en comparación con el interior (130 MtC).

Los resultados de este estudio agregan peso a investigaciones previas, incluidas las conclusiones de un informe de alto perfil sobre la tierra y el cambio climático, publicado en agosto pasado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), el cual citó hallazgos que muestran que derechos territoriales bien establecidos juegan un papel importante en la explicación de las tasas más bajas de deforestación y degradación forestal que se reportan en los territorios indígenas. Por otro lado, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia-Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES) propuso fortalecer los derechos a la tierra para las comunidades indígenas y otras comunidades locales como parte de un enfoque efectivo para abordar la pérdida de la biodiversidad.

“Nuestros hallazgos sugieren que los TI y las ANP fueron (de forma independiente y colectiva) más efectivos que otras tierras para mantener intacto su stock general de carbono”, dijo Josse. “En la mayoría de los países, los TI y las ANP mostraron emisiones netas de cero o muy cercanas a cero, desde una fuente neta pequeña en Brasil hasta un sumidero neto en Perú. Pero con la deforestación creciendo rápidamente fuera de los TI y las ANP, nuestros hallazgos sobre el impacto de la degradación y las perturbaciones sugieren que el apoyo significativo y sostenido para los pueblos indígenas es ahora una prioridad urgente “.

El estudio publicado informa que los TI y las ANP continúan resistiendo la expansión de la deforestación que tiene lugar más allá de sus fronteras. Pero al evaluar el impacto de la degradación y las perturbaciones en los territorios indígenas y las áreas protegidas, los autores alertan sobre la difícil situación de los pueblos indígenas, cuyos líderes colocan en la mira la creciente impunidad por parte de los mineros, ganaderos y madereros ilegales, aparentemente alentados por las declaraciones de líderes políticos y esfuerzos legislativos para abrir tierras territoriales a nuevas concesiones mineras.

Paulo Moutinho, coautor e investigador principal del IPAM, dijo que los hallazgos sugieren una amenaza potencial para la salud económica de la región: “Es fundamental que los gobiernos de los países amazónicos presten atención al riesgo potencial para sus economías al no proteger sus áreas protegidas de la deforestación ilegal “.

 

Woods Hole Research Center

El Centro de Investigación Woods Hole estudia los impactos del cambio climático en todo el mundo y trabaja con socios, desde gobiernos nacionales hasta corporaciones, para identificar e implementar oportunidades para reducir los niveles de gases de efecto invernadero atmosféricos. WHRC fue fundada en 1985 por el reconocido ecologista George Woodwell para llevar los conocimientos de la ciencia más allá de los muros de la academia a donde puedan lograr un cambio real. Durante los últimos cuatro años, el Centro Internacional para la Gobernanza del Clima nombró a WHRC el principal grupo de expertos sobre cambio climático del mundo. Los científicos del WHRC han contribuido a todos los informes de evaluación del IPCC y han ayudado a lanzar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG)

La RAISG es una red de organizaciones de la sociedad civil de países amazónicos. RAISG busca construir una visión integral de la Amazonía que vincule los derechos colectivos de los pueblos indígenas con la protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, para avanzar en las prácticas de uso sostenible del bosque y sus recursos. Esta visión integral de la Amazonía supera los enfoques fragmentarios y promueve iniciativas regionales, nacionales y transnacionales produciendo y compilando información de diferentes fuentes, sobre temas relevantes, siempre utilizando estándares y protocolos técnicos comunes que se traduzcan en una información única y comparable para toda la Amazonía.

Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA)

La COICA, es una organización indígena de convergencia internacional que orienta sus esfuerzos a la promoción, protección y seguridad de los pueblos y territorios indígenas a través de la defensa de sus formas de vida, principios y valores sociales, espirituales y culturales. Se dedica a generar políticas, propuestas y acciones a nivel local, nacional e internacional para fomentar el desarrollo equitativo de las nacionalidades y pueblos indígenas amazónicos.

Fundación EcoCiencia

EcoCiencia es una entidad científica ecuatoriana, privada y sin fines de lucro, fundada con el objetivo de generar información de calidad para tomar las mejores decisiones a favor de la conservación de la biodiversidad y el bienestar de la población. Este desafío exige la inclusión de enfoques amplios, integrales y complejos.

Environmental Defense Fund (EDF)

El Fondo para la Defensa Ambiental es una organización internacional sin fines de lucro, líder en crear soluciones transformadoras para los problemas ambientales más serios. EDF vincula ciencia, economía, derecho y asociaciones innovadoras con el sector privado.

Ipam

Es una organización científica, no gubernamental, no partidista y sin fines de lucro que ha trabajado por la sostenibilidad desarrollo de la Amazonía desde 1995. Nuestro propósito es consolidar el Modelo de desarrollo tropical amazónico para 2035, mediante la producción de conocimiento, implementando iniciativas locales y dirigiendo políticas públicas, de una manera que influya en el desarrollo económico, la igualdad social y la preservación del medio ambiente. Nuestra misión es promover la ciencia, la educación y la innovación para una Amazonía ecológica y económicamente próspera y socialmente justa.