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La creación el día de hoy de las Reservas Indígenas Kakataibo Norte y Sur marca un importante hito en la protección de las poblaciones indígenas kakataibo que viven en aislamiento en las faldas de la Cordillera Azul, en una zona de la selva central del Perú donde avanza la deforestación con la creciente presencia de asentamientos colonos y actividades ilegales.
Este gran logro resulta de la perseverancia de las comunidades nativas kakataibo aledañas a las reservas indígenas, quienes a través de su organización representativa Fenacoca han trabajado por más de dos décadas por la protección de sus hermanos, con apoyo técnico del Instituto del Bien Común.
El presidente de Fenacoca, Herlin Odicio, dijo sentir una gran satisfacción tras 22 años de trabajo de la federación indígena Fenacoca y sus comunidades base. “Agradecemos a todas las instituciones que trabajaron por el bien de nuestros hermanos en aislamiento. Este es un importante avance, pero continuaremos en la lucha por traer seguridad y paz a esta parte del país donde los líderes indígenas estamos sufriendo persecución y violencia”, dijo, refiriéndose a la decena de asesinatos ocurridos en la zona durante el último año.
Por su parte, Miguel Macedo, antropólogo del IBC especializado en la protección de pueblos en aislamiento y contacto inicial, saludó esta medida de protección que contribuye a la sobrevivencia de los pueblos kakataibo en aislamiento, cuyo territorio ancestral se halla fuertemente presionado. Resaltó la importancia de la futura presencia del Estado peruano a través de la gestión de la nueva reserva, calificándola de una necesidad urgente.
Puesto que el territorio de los indígenas kakataibo se encuentra dividido en dos por la carretera Federico Basadre, inaugurada en 1943, se han creado dos reservas indígenas: Kakataibo Norte (96,043 hectáreas) y Kakataibo Sur (52,952 hectáreas).
El territorio kakataibo abarca parte de las regiones de Ucayali, Loreto y Huánuco. Limita con el Parque Nacional Cordillera Azul, donde se encuentran las cabeceras de los ríos Pisqui, Aguaytía, San Alejandro y Zungaruyacu, extendiéndose hacia la planicie del Ucayali. En esta zona cohabitan indígenas kakataibo asentados en comunidades nativas y grupos de kakataibos que han optado por refugiarse en el bosque, donde llevan una vida itinerante, rehusando el contacto con la sociedad nacional.
Al igual que otras poblaciones en aislamiento, los kakataibo son vulnerables a las incursiones de agentes externos para el desarrollo de actividades que generan deforestación e impactan la fauna y otros recursos del bosque que son fundamentales para la supervivencia de la población. Además, estas incursiones suelen propiciar actos violentos contra la población en aislamiento.
Los indígenas en aislamiento y contacto inicial también presentan gran vulnerabilidad al contagio de enfermedades desconocidas para ellas, contra las que carecen de anticuerpos. Así, una simple gripe puede generar elevada mortandad.
En el Perú se han identificado 14 pueblos indígenas en aislamiento. Contando las dos reservas Kakataibo de reciente creación, en Perú existen cinco reservas indígenas para la protección de estas poblaciones, además de dos reservas territoriales en proceso de adecuación y se han cursado solicitudes para tres nuevas reservas indígenas
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